Homenaje a Grau Garriga
Recuerdo de una impresión
Hace 32 años que vine a vivir a Sant Cugat, aunque mi relación con el pueblo era mucho más antigua, pero fue comiendo en una boda cuando unos amigos me dijeron porqué no venía a vivir a Sant Cugat, que estaba muy bien situado y era pequeño y tranquilo. Yo, que en aquel momento vivía en Barcelona, no me lo pensé dos veces y nos trasladamos toda la familia.
El pueblo lo conocía, el Monasterio era majestuoso, recuerdo aquel tiempo en qué, antes de llegar a comprar el periódico ya había estado charlando con dos o tres personas, (ahora, desgraciadamente ha cambiado mucho), pero sí recuerdo perfectamente que por aquel tiempo se presentaba una exposición de tapices de Grau Garriga en el Real Monasterio. Me impresionó, en un momento recorrió por todo mi cuerpo un cúmulo de sensaciones y emociones difíciles de describir. Pensé que era un creador que cumplía con la finalidad del arte, que es comunicar emociones y sentimientos.
Ahora que desgraciadamente este artista nos ha dejado y seguramente no se le hará el reconocimiento debido, como a otros artistas que han desaparecido no hace mucho tiempo, (Beltrán Bofill, Joan Martí, sólo para nombrar a dos que habían vivido en esta ciudad y habían llevado su nombre por todo el mundo), he querido, a título personal, como compañero, reconocer e intentar hacer sentir a mis amigos con esta pequeña gran muestra, la misma emoción que sentí yo, aquel día ya lejano, hace más de 30 años.
Lluís Ribas, artista